sábado, 3 de noviembre de 2018

BOHEMIAN RHAPSODY

Bohemian Rhapsody toma el nombre de una de las canciones más impresionantes y famosas de la historia de la música. Una canción, que por si sola, define el estilo de la banda, de Queen. Sobretodo define toda la complejidad de su compositor, Freddie Mercury.

La película, en cambio, es una versión edulcorada de toda esa complejidad y de la historia de una banda que no lo tuvo tan fácil para alcanzar el éxito, no tanto como da a entender la película.

El filme es una oda a la banda. Un canto a lo mejor del grupo, su música. Eso pretendió ser desde el principio. Deja de lado episodios más sombríos que en ocasiones estuvieron a punto de terminar con el cuarteto. Momentos decisivos he importantes que colocaron a la banda en la cuerda floja. Por ejemplo, se omite el hecho de que el álbum "A Night At The Opera", fue el último cartucho que la banda pudo utilizar antes de rendirse. Ante la ruina en la que les puso su manager en aquel momento, después de robarles casi todos los beneficios de sus anteriores trabajos. De hecho ese álbum se abre con un tema dedicado a este personaje y Freddie descarga toda su ira en esas letras.


La película esta dirigida a todo tipo de público y no solo a los fans más profundos de la banda, los que ya han leído libros sobre ellos y no conocen únicamente sus éxitos más importantes. Será de fácil visionado para cualquiera que le guste "Radio Ga Ga", "I Want To Break Free", "Somebody To Love" o "Bohemian Rhapsody" y que, como mucho, tienen algún disco o un grandes éxitos de Queen en casa. Estos serán los que queden mas contentos con el resultado. Ya que, al mismo tiempo, son los menos exigentes. No encontrarán omisiones y vacíos temporales en la historia.


Otros esperábamos ver representada su historia con más fidelidad y con más detalle en algunos momentos decisivos de la carrera de la banda. La película es un homenaje a Freddie, más que a la banda. Los demás componentes pasan por las escenas casi de puntillas. Quedando como santos tolerantes ante la arrolladora personalidad del cantante. 

Bryan May y Roger Taylor se han permitido varias licencias que pueden resultar incomprendidas por algunos fans. Desde mi punto de vista, si ellos están conformes, yo también. 
Han permitido que algunos acontecimientos no se sitúen en el momento correcto dentro de la historia de la banda. Por ejemplo, la banda descubre la enfermedad de Freddie en 1986, tras la publicación de álbum "I Kind Of Magic" (Esto queda explicado en el documental Days Of Our Lives). En la película, en cambio, sucede antes de Live Aid, en 1984. Otro ejemplo menor puede ser que, cuando la banda escribió "We Will Rock You", aún iban todos con el pelo largo. Pero en la película, Freddie ha efectuado un cambio de imagen cortándose el pelo, antes de representar ese momento creativo. En realidad, el cambio de imagen llegaría unos años después. Musicalmente hablando, llegaría con la banda sonora de "Flash Gordon" y con el álbum "The Game"(1980). 
En otra escena se observa a Freddie "surfeando" por encima de su público. Esto es algo que nunca ocurrió. En aquella época no se hacían esas cosas. Al menos Freddie no, aunque resulta muy creíble.

Es evidente que condensar toda la historia de la banda en dos horas era tarea imposible. Así que, supongo que en algunos casos, estos cambios eran algo necesario. Pero se podía haber sido más fiel en otros detalles. Como decía más arriba, si la banda quiso estos cambios, será por algo. Se acepta y el gran público no se va a dar cuenta de ellos.


La película salta de un momento a otro en la historia de forma abrupta, sin apenas contar nada. Minuto tras minuto se van sucediendo canciones, que son la línea temporal en su argumento. Dejando de lado gran cantidad de contenido que muchos conocemos (entre algunas canciones pasan años). De este modo, el filme se convierte en un grandes éxitos. Con alguna pincelada por aquí o por allá en cuanto a desvelar momentos en la historia de Freddie. Que sin duda, afectaban a la banda. Aunque en la película no se muestra demasiado esa problemática. Las escenas en las que el cantante descubre que tiene sida, son demasiado evocadoras y poco realistas. Sobretodo conociendo las canciones que escribió el compositor a partir de ese momento. Que desvelan mucho más de su lucha interior, que esos momentos en la película. También han querido edulcorar esta parte y tiene sentido. No han pretendido que la película fuese dura y sacar partido del morbo. Así que la historia termina con el Live Aid, aunque la carrera de la banda aún continuó hasta los 90.


A pesar de todo ello, el filme emocionará a cualquiera que adore la música de esta banda. A cualquiera que venere a sus componentes y sobre todo al gran Freddie Mercury. Estamos ante una película que viene a reforzar el mito, tanto de la banda, como el de su vocalista y así hay que ver la película y no esperar nada más. En ese caso, se disfruta de su música, que en un cine Dolby suena espectacular. De sus muy bien recreados directos y en general de un resumen de la obra del grupo. Todo muy condensado, pero muy bien producido. 


Mención especial para Rami Malek, que calca todos los movimientos de Freddie y realiza una gran interpretación que es, después de la música, lo mejor de la película. Aunque tengo que decir, que no me gusta la forma en que queda caracterizado Freddie. El gesto de cara constante, causado por la forma de sacar morritos de Malek, justificado por la prominente dentadura de Freddie, me parece demasiado exagerado. Cualquiera que haya visto vídeos, entrevistas o conciertos de Freddie Mercury, sabe que el no tenía ese gesto. No entiendo como lo han permitido. Parece una caricatura.

Así que pudo ser mejor, pero no es mala. Una película que esta encantando a todos en general, fans y no fans. Así que algo han hecho bien.
Como explicaron Bryan May y Roger Taylor, al inicio de este proyecto:
"...Será una celebración de la banda, de su música y de su extraordinario cantante".
Sin duda así ha sido y nunca han querido engañar a nadie. Así que solo hay que dejarse llevar y disfrutar de ella.





PD:
"...Lo cierto es que después de unas semanas, ya se puede decir que la película ha sido todo un éxito de taquilla. Algo que seguramente nunca esperaron sus creadores. Los primeros en verla, los fans del grupo, que acto seguido transmitían sus buenas impresiones a su entorno. Así que la gente no tan "fan", comenzó a ver la película también. Del mismo modo salieron encantados y posiblemente convertidos en fans de la banda inglesa. El boca a boca a dado otro varapalo a la crítica, pasando olímpicamente de ella (como debe ser). Hasta el punto de que por primera vez en años, el número uno en Spotify es Queen y el rock se convierte en lo más escuchado en esta plataforma. Desbancando a la bachata, merengue y demás repetitivos ritmos latinos. 
Esto es educación musical, algo de bien ha hecho esta película...".

Ya tiene 2 Globos de oro: mejor película (drama) y mejor actor para Rami Malek. 

jueves, 16 de agosto de 2018

WALL-E

Wall-E es una de esas películas que la gente recuerda con gran cariño. Su historia, sus personajes, su estética y sus mensajes hacen que todos la veamos sin cansarnos y con una sonrisa en la cara. En muchos sentidos es una obra maestra. Además, a pesar de su excelente factura, no es una película pretenciosa, ni abrumadora. Todo lo contrario, delicada, divertida, interesante y casi sin diálogos.



Ambientado en una futuro que profetiza la destrucción de la Tierra por los humanos. Donde se observa un mundo sin vida, inerte y plagado de suciedad y contaminación. Ante tal situación algunos humanos deciden abandonar el planeta y se trasladan a naves espaciales, donde vivir seguros y felices en un entorno controlado. Allí sus vidas están automatizadas hasta el punto que nadie debe moverse de su cómodo sofá. Todo se da hecho, solo hay que disfrutar. Esto convierte a los humanos en inútiles, materialistas, superficiales y aislados de cualquier interacción con sus congéneres. Las comunicaciones son a través de vídeo llamadas y cualquier otra actividad se realizará a través de la redes de comunicación de la nave. Que no dudan en anunciar productos nuevos que venderán a sus atrapados y concentrados clientes que sólo muestran interés en esas novedades. Los humanos son así felices por fin. Sin preocupaciones, sin problemas, sin miedos, sin ambiciones, sin diferencias sociales y sin injusticias. Controlados y dirigidos por una máquina, ya no toman decisiones.

Desde el inicio de la película se anuncia por todos lados la corporación BnL como la dominante en el comercio y el consumismo en el planeta. Precisamente la misma que se planteará un cambio de negocio cuando el mundo caiga en desgracia por el derroche consumista. El nuevo negocio será la construcción de naves para alojar a la población y de ese modo continuar vendiéndoles artículos de todo tipo. Eso si, bajo la imagen de salvadores de la humanidad.


Wall-E es uno de una serie de robots encargados de limpiar la Tierra mientras la humanidad está ausente. Con la esperanza de que algún día el problema revierta y se pueda regresar. Así que el robot, metódico en su conducta y constante en su esfuerzo se dedica, día tras día, a recoger y almacenar las toneladas de escombros acumulados en las calles de la ciudad por la que se mueve. El resto de robots de la misma serie hace años que dejó de funcionar.


El robot muestra una conducta humanizada y encantadora y que recuerda la de un niño pequeño. Wall-E ha desarrollado una curiosidad inusual y un interés por todo ese mundo de basura que le rodea. Hasta el punto de recoger y clasificar muchas de las cosas que encuentra en su devenir por la ciudad. Ha aprendido a recolectar piezas de otros robots como él, que se encuentran averiados y convertidos en chatarra. Gracias a ello ha conseguido reparar sus propias averías y convertirse en el único robot activo.


El día a día del robot se ve alterado por la llegada de una nave, en cuyo interior viaja Eva. Un robot sonda de última generación que ha sido liberado en la Tierra con la misión de encontrar vida vegetal.
Wall-E se ve seducido por Eva desde el primer momento y no para hasta conseguir entablar contacto.
Esta novedad altera los circuitos del robot chatarrero y ningún día volverá a ser como antes. Entusiasmado, Wall-E intentará mostrar la belleza de todos sus tesoros acumulados y encontrará en ella algo extremadamente valioso: Compañía.

Mientras en el espacio los humanos han perdido todo atisbo de humanidad y se han convertido en seres individuales, solitarios y aburridos. Los robots intentan llenar sus vidas con alicientes nuevos, tienen curiosidad uno por otro y se comunican en una búsqueda, aparentemente ilógica (son robots), de cambiar sus monótonos programas.


En su entusiasmo Wall-E termina por mostrar a Eva uno de tantos objetos de su preciada colección: Una planta. Eva detecta la forma de vida. Toda una novedad después de siete siglos. Guarda el preciado objeto y activa el mecanismo de llamada. Eva se desconecta y queda sumida en un sueño, en espera de que la nave regrese a recogerla. Wall-E se ha vuelto a quedar solo, aunque nunca se separa de Eva.



Cuando la nave regresa a recoger a Eva, Wall-E decide seguirla y se introduce en la nave.
Es en esta parte cuando el espectador (a través de los ojos del robot), descubre el tipo de vida al que han evolucionado los humanos después de tantos años.


Timón, el robot que ha dirigido la nave durante décadas a tomado el control y todos los capitanes se han dejado guiar siempre por él, sin percatarse de ello. Del mismo modo que el resto de los habitantes de la nave, el capitán se ha acomodado a no hacer nada.

Con Timón se hace un guiño cinematográfico a
2001, Una Odisea En El Espacio y el computador Hall. Con el cual hay semblanzas más que evidentes.
La programación de Timón para esta situación, sin embargo, es muy diferente a lo que cree el capitán y el resto de habitantes de la nave.
El hecho de encontrar vida en la Tierra debería activar un protocolo para que la nave, automáticamente, regrese al planeta. Pero Timón tiene ordenes de no permitir esto, ya que el último mensaje desde la Tierra (de hace 700 años), desaconsejaba el regreso, entendiendo que el planeta era irrecuperable.


A partir de ahora se suceden un montón de situaciones y aventuras para conseguir salvar la planta. La cual querrán hacer desaparecer los robots esbirros de Timón. Pasando por despertar el interés del capitán por la Tierra, planeta que ni siquiera conoce. También descubrirá la necesidad crucial de regresar para cuidar de él. Aquí entra la moralina. Que brilla con claridad acompañando el "despertar" no sólo del capitán, sino también el de todos los habitantes de la nave. Que por primera vez descubren que hay algo más, más allá de sus sillones y sus pantallas.




Se cumplen 10 años de esta maravilla de la animación del director Andrew Staton. A día de hoy no puedo evitar sonreír cada vez que veo alguna escena de la película o me encuentro con alguna maqueta o juguete del robot. Una reacción de por si interesante ¿verdad?. No puedo evitar que, en algunas escenas Wall-E me recuerde a E.T.. Posiblemente tengan mucho más en común de lo que parece y no sólo esa cabeza achatada con los grandes y brillantes ojos a cada lado. La ausencia de diálogos, sobretodo en la primera parte del filme es sublime y de agradecer. Gran parte del encanto de la película reside en ello. Hasta el punto que las únicas palabras que pronuncian los robots (sus nombres), resultan encantadoras cuando lo hacen. El fondo musical, tan variado como acertado, acompañan las escenas y recuerdan en algún momento a otras películas.

La distopia futurista no es nueva, pero si original en su propuesta. Porque a pesar de tener planteamientos similares al de otras distopias (Oblivion, Blade Runner, Elysium...etc), no muestra ni atisbo de desgracias, ni violencia (como debe ser en una película de dibujos, ya lo sé). Se limita a plantear la solución y relega los malos tiempos del planeta al pasado. Al cual se recurre de forma sutil y suave en algún momento y, aunque el planteamiento de las otras no es factible en esta, por ser un producto dirigido a niños (y mayores). El planteamiento de esta si podría ser una buen golpe de originalidad para el otro tipo de cine, más adulto.



domingo, 10 de junio de 2018

JURASSIC PARK

Pocos recuerdan el asombro que supuso la primera película de la saga, dirigida por el maestro Spielberg. Recuerdo muy bien como la promoción de la película se sostenía a base de la hermosa banda sonora y pocas escenas donde a penas se veían los dinosaurios, alguna cola de brontosaurio a lo sumo y las caras de asombro de los personajes.

Esto elevó el interés de todos. Ya que el tema de los dinosaurios no se trataba desde los sesenta o setenta. Toda la propaganda que se hizo inspiraba algo muy grande y nuevo y así fue.


Recuerdo el día que fui a verla. Era evidente que nadie tenía claro que tipo de película iba a ver. Sabíamos que era de Steven Sìelberg, que aparecían dinosaurios y poco más. La falta de información al respecto durante la campaña, hizo su trabajo. Por ello, quizás, estaba repleto de gente de todo tipo. Incluyendo niños pequeños, acompañados de sus padres. Pero poco después llegó el efecto sorpresa, tan difícil de encontrar hoy en día. Ocurría a poco de comenzar la película, justo cuando aparecía el tiranosaurio Rex, en la famosa y espectacular escena del los Jeep. La gente pudo darse cuenta de que no era una simple aventura romántica. Ante los espeluznantes rugidos del Rex los niños más pequeños comenzaron a llorar y los adultos se quedaron clavados en sus asientos.
Nadie se esperaba unas imágenes tan reales, tan creíbles. Durante todo el pase de la película, todos pensamos que esos bichos existían. Nadie nunca había visto nada parecido y los dinosaurios vistos en películas antiguas quedaban ahora en evidencia.



En aquel momento, yo como el resto de gente, estaba alucinado con las imágenes y la tensión que transmitían. Recuerdo que le comenté a alguien que venía conmigo: "Es tan estresante como Alien".
Quizás exageré, pero todo el metraje te mantiene con esa tensión, siempre pensando por donde aparecerán los dinosaurios malos. No es un filme con muchos respiros. Así que continuo pensando que en ese aspecto, se parece a Alien.





Jurassic Park había hecho historia. Spielberg lo había vuelto a conseguir y otra vez su película se convertía en un hito y quedaba absorbida por la cultura pop, casi al instante de aparecer. Muy pocos se han atrevido a hacer una película de dinosaurios después de él. Sólo las continuaciones de esta tendrían el ánimo y la tecnología para convencer. Aunque de forma desigual y "el efecto sorpresa" no ayudaría a ninguna otra.



Por primera vez en una película de dinosaurios, la justificación argumental para traerles de regreso era sólida. En otras películas de este tipo, los animales simplemente estaban ahí, recluidos en alguna isla olvidada. Como en La Tierra Olvidada Por el Tiempo (1975) o bajo tierra en Viaje al Centro de la Tierra (1976). De niño me fascinaban las dos simplemente porque aparecían dinosaurios. Esta temática nos atrae desde nuestro lado más infantil, aún siendo adultos. La fascinación de esos animales nos ha acompañado desde siempre.


En este caso, supondremos que los avances en investigación genética conseguirán traer de vuelta a estos animales gracias a la clonación. Extrayendo el adn de la sangre encontrada en mosquitos fosilizados en ámbar. Algo muy plausible si pudiésemos encontrar sangre en buen estado en un mosquito fosilizado. Aquí es donde entra la ficción y desaparece la ciencia, ya que en la realidad sería inviable. En la película completan los trozos perdidos de las cadenas de adn con las de otros animales vivos, como ranas, lagartos, etc...; Lo cual me parece ingenioso también. Ya que la mayoría de las especies compartimos el 99,9% del adn. Cabe pensar que sería lo mismo en el Jurásico. Todo esto esta muy bien explicado en la película.




Por lo tanto hay que felicitar a Michael Crichton por su ingenio al escribir la novela en la que se basa esta película. Novela que enamoró Spielberg nada más leerla.
Como es habitual, detrás de todo esto hay una moraleja: la de jugar a ser dios. Es evidente que una película de dinosaurios no sería interesante si estos no se desmadraran y mataran al personal. Así que algo tan delicado y peligroso siempre se sostiene por un fino hilo, que al romperse por el motivo que sea, desencadena la desgracia. No sólo para los humanos, suele ser una desgracia también para los animales, aunque se coman a más de uno.


Los avances genéticos posibles en el futuro asustan cuando ves esta película. Ya que, quien sabe si alguien podrá fabricar alguna especie animal parecida a las que salen en esta película gracias a la manipulación genética. Tampoco tiene porque ser parecida, sólo con que sea peligrosa basta.




En todo este aspecto filosófico la película gana mucho. Si hay una justificación sensata para hacer una película donde aparecen dinosaurios en el siglo XXI, es esta. Así que todo lo que ocurre en ella esta bastante bien justificado. Una vez lo dinosaurios han sido creados, el desastre esta servido.



Por todo ello me parece una gran película. Otra obra maestra del gran Steven Spielberg con la que  hizo historia de nuevo. Las siguientes películas continuarán el éxito, aunque ya carecen de aquel efecto sorpresa que tuvo la primera. Aún así también tienen momentos buenos. La eterna heredera de esta, para mi, es Jurassic World (2015). Donde regresamos al experimento de la primera parte. Otro gran y espectacular parque que pretende aprender de los fallos del primero y se construye en la misma isla. Aunque de nuevo la codicia humana termina por arrastrar el complejo al mismo fin que tuvo en la primera película de 1993. Aún teniendo prácticamente el mismo argumento, las dos encajan juntas y son igualmente interesantes y divertidas de ver.